jueves, 1 de octubre de 2015

Mi hobby de hacer idiomas

Sí, tengo un hobby que guardé por años, y sólo mis más cercanos conocen: inventar idiomas. Incluso, no podrían decir que es mi «hobby», sino simplemente algo que hice, una de las cosas raras que pudieron conocer en mí.

Es verdad, tengo un idioma que inventé, que comenzó cuando tenía 12 años como una clave, y a lo largo del tiempo fue cambiando, perfeccionando, complicándose, descomplicándose. Mi motivo número uno: que nadie pueda saber lo que estoy escribiendo o diciendo. Paradoja de inventar un medio de comunicación. Lo sé, hay varias razones para inventar un idioma que sólo uno mismo sepa.
Pero iré a los hechos: primero no era un idioma, era sólo una clave, que consistía en cambiar letras de las palabras usando un patrón, adicionar en ellas signos diacríticos raros, ¡y listo! era un idioma para mí, un «idioma» para decir nombres y que nadie los entienda, para escribir frases que consideraba secretos de estado o simplemente para llamar la atención de mis mejores amigos y amigas. Hice un alfabeto en la secundaria, que aún uso, pero poco. ¿El nombre de ese «idioma»?: Tordulthoús. Así se llamó desde un inicio, claro, con caracteres algo distintos, pero se pronunciaría algo así como un /tordulzós/ para un hispano peninsular.

En la universidad mejoré muchísimo ese idioma, y dejó poco a poco de ser simplemente una «clave de distorsión». Llegué, finalmente, a una fase en que no sabía cómo mejorarlo, pero todavía hay muchas maneras de decir una u otra cosa. Está en fase de plenitud, pero creo que le falta constituirse en un «tordulthoús normativo». Ahora tiene un nombre distinto, para que sea más fácil de pronunciar: «tordi».

Ok, daré un ejemplo para que no sea tan subjetivo explicarlo aquí:

"Melithiriñe bigulEbokebois...hlixiwu hain fiyiwuñeè we esdirya"

Lo cual, quiere decir: "Ella se parece a mi mejor amiga... creo que ya la había visto antes"

Vale, no diré más. No se asusten. Soy un chico normal, con locuras y cositas distintas, como cada uno tiene. Apenas compartí algo en lo que pasé horas de mi vida para conseguir inventar.

En cuanto a alfabetos y sistemas de escritura, hice muchos, no memoricé todos pues... no soy una máquina de memorizar todo lo que invento. Muchos de ellos los hice en un día, luego los usé en ese momento, o después de una semana, y cayeron en mi archivo. Siempre me interesé en alfabetos, pues me parecieron más sencillos. No quiere decir que no me llama la atención sistemas ideográficos o silábicos, pero ellos me parecen algo menos prácticos para interactuar conmigo mismo. Hice muchos alfabetos, pero me acuerdo de cinco al punto que podría escribir cualquiera de ellos sus nombres si me lo pidieran. Infelizmente no tengo imágenes de ellas que pueda colgar (bueno, tengo letras escaneadas que guardé por ahí, pero bueno, me da algo de perecita buscarlas y subirlas aquí). Creé fuentes de dos de ellos, pero no los subiré, pues no están en esta computadora. Ok, basta de excusas. Simplemente no los tengo disponibles en estos momentos. Pido disculpas a algún lector. Uno de ellos inspirado en que si las letras estuviesen formadas por palitos, y los desordenase... taránnn... ahí está mi primer alfabeto propiamente dicho, algunos (que no conocen mucho de idiomas) me dijeron qeu parecía un chino o algo así; su versión en cursiva, que ya no uso demasiado. Luego hice otro alfabeto, algo basado en el primero, pero más cuadradito y estético, inspirado en las formas del alfabeto griego o el copto, y también su versión en cursiva, que me costó algunos años y desvelos o pérdidas de clases en la universidad (^^`, debo confesar...). Después de un tiempo también hice otra versión cursiva de ese alfabeto, inspirada en la forma de las tengwar del quenya o sindarín de Tolkien (lo admito, este escritor me fascinó, junto con su amigo C.S. Lewis, aunque a veces me provocó desazón el saber que lo que escribieron o inventaron, lo habría hecho yo si hubiese nacido antes que él, jeje. Creo que me hubiese gustado ser amigo de ellos, y habría hecho un tantito lo que hacían. De hecho, estoy escribiendo un libro de fantasía, no inspirado en ellos, sino desde antes que me enterara de su existencia —mejor hablo de esto en otra entrada)

Así, tordi fue creciendo y mejorando. Hice varios intentos de sintetizar o compilar su gramática, y tengo algunos textos en la computadora y en cuadernos guardados, pero nunca terminé de explicarla.

Algo más: hice también otro idioma, al que ahora llamo «gedyar», que es como una lengua romance, pues sus raíces son claramente (o supongo así) españolas. Aquí una muestra:

"Klaz fo nem c'ejglipizi li ma bloge. Ji yekaras ta daindo, meletes i ma afnoje fo da fatînda"

Lo cual quiere decir:

"Gracias por leer esta entrada de mi blog. Si llegaste hasta aquí, mereces mis aplausos por tu paciencia"



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